lunes, 5 de diciembre de 2011

AFGANISTAN ASEGURO EL APOYO INTERNACIONAL HASTA EL 2024

Afganistán aseguró el apoyo internacional hasta el 2024


El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, logró arañar de la comunidad internacional una década más de apoyo financiero, aunque sin concretar cifras, y condicionada por la crisis que atraviesan sus grandes donantes así como por los avances democráticos y en la lucha contra la corrupción en el país.
En 2014 se completará, de acuerdo con el calendario previsto, la retirada de las tropas internacionales de Afganistán y la denominada transición, según la declaración final de la conferencia sobre Afganistán celebrada hoy en Bonn.
A partir de 2014 y hasta 2024 se entrará en la "Década de la Transformación", añade la declaración de la conferencia, en la que participaron 85 países y 16 organismos internacionales.
En esos diez años, la comunidad internacional promete mantener su apoyo al Afganistán postaliban de Karzai, pero espera asimismo de éste que supere los déficit democráticos de que adolece el país y surja un Estado que respete los derechos humanos, en especial los de la mujer.
Afganistán se compromete a iniciar un proceso de paz "inclusivo", para todo el pueblo afgano y orientado a los principios de la renuncia a la violencia, la ruptura con el terrorismo internacional, el respeto a la Constitución afgana y a los Derechos Humanos.
La declaración, presentada al fin de la conferencia por el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, y su colega afgano, Zalmai Rassoul, no concreta el monto del apoyo ni tampoco si ese proceso "inclusivo" admite a los "taliban moderados", como propone, entre otros, la canciller Angela Merkel.
"No era objeto de esta conferencia, sino de la que se celebrará en julio del año próximo en Tokio. Tenemos que tener en cuenta, además, la situación financiera actual de muchos de los países donantes", aclaró Westerwelle.
"Afganistán no quiere ser un lastre para la comunidad internacional", había declarado Karzai en el discurso inaugural de la conferencia, de la que él detentaba formalmente la presidencia, mientras que Alemania era mero anfitrión.
La frase de Karzai seguía al revuelo producido por sus declaraciones al semanario "Der Spiegel", en las que cifraba en 5.000 millones de dólares anuales el apoyo que precisará su país hasta 2024.
En un aparte de la conferencia, el ministro afgano de Finanzas, Omar Zakhilwal, explicaba a los medios que esa ayuda es "una pequeñez" comparada con el gasto actual de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán, de unos 100.000 millones de dólares anuales.
Fuera del desbloqueo de Estados Unidos de 700 millones de dólares anuales de ayuda al desarrollo, Karzai no se llevó ninguna otra cifra.
El presidente afgano había abierto la cita con la advertencia de que su país precisa del apoyo financiero hasta 2024 para lograr que sea "irreversible" el proceso de transicióny hacer del suyo "un país democrático y seguro para todos los afganos".
Merkel le respondió garantizándole que recibirá ese apoyo, pero le recordó que la contrapartida a ello será avanzar en la lucha contra la corrupción, el tráfico de drogas y el respeto a los derechos humanos.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, instó luego a Karzai a posibilitar que en 2014 su país tenga unas "elecciones democráticas", al tiempo que aludía a la situación financiera de buena parte de los estados donantes.
La celebración de la conferencia de Bonn, como recordaron tanto Merkel como Karzai, coincidió con el décimo aniversario de la realizada, también en la antigua capital federal alemana, en 2001.
En esa cita se sentaron las bases del Afganistán postalibán, con Karzai en la presidencia, mientras que la actual se centró en lo que finalmente se definió como "Década de Transformación".
Junto a las declaraciones de Karzai en "Der Spiegel", en el aire flotaban las informaciones del popular "Bild", según las cuales Karzai busca una "solución creativa" para lograr su reelección, en 2014, lo que pasaría por una reforma de la Constitución.
Las intervenciones, desde Clinton al ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, y a su colega ruso, Serguéi Lavrov, quedaron restringidas a tres minutos cada una -"formato homeopático", como dijeron irónicamente fuentes diplomáticas alemanas-, de manera que no hubo tiempo para precisiones.
Sobre la conferencia pesó la ausencia de Pakistán, que decidió no acudir por los ataques de la Otan hace una semana en que murieron 24 soldados paquistaníes.
Sí acudió el ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, quien en sus tres minutos instó a la retirada inmediata de las tropas de la Otan que, en su opinión, no han hecho más que causar la muerte de miles de civiles.
El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, había instado anteriormente a la Otan, por supuesto en un tono mucho más moderado, a no poner en peligro las vidas de civiles.


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