Prevé dar señales sobre la deuda y los juicios a empresas de EE.UU.
CANNES.- Nada es casual. Cristina Kirchner llegó ayer hasta aquí con una prioridad: dar señales al presidente Barack Obama de que el país tiene interés en solucionar las diferencias que surgieron en los últimos meses por los incumplimientos financieros de la Argentina.
Su comitiva ya dice bastante. La jefa del Estado arribó a esta ciudad bloqueada por las medidas de seguridad para la cumbre del G-20, con una presencia que llamó la atención. Es la de la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, a cargo de llevar adelante la defensa argentina en los juicios del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
"Está claro que se busca dar una señal", confió un ministro. Sucede que la rebeldía argentina a pagar unos 250 millones de dólares a dos empresas norteamericanas que obtuvieron fallos favorables derivó en una represalia de la Casa Blanca de votar en contra del otorgamiento de créditos internacionales para el país.
A eso se suma el escaso avance de un acuerdo por la deuda con el Club de París y la falta de pago a los bonistas que no aceptaron el último canje. En momentos en que los recursos no sobran, la necesidad de llevar ciertas certezas a Obama apunta a tener un resguardo ante la posibilidad de que fuera necesario emitir deuda en el mercado internacional.
La duda aún es la claridad con que la Presidenta plantee el tema a su par norteamericano, mañana, en la reunión que mantendrán en el hotel Carlton, frente al Mediterráneo, donde se hospeda el líder demócrata, y si logra convencerlo con sus promesas.
Según confiaron en la comitiva argentina, el caso más conflictivo y que genera el mayor interés de la Casa Blanca es el de la empresa Azurix, que operaba el servicio de aguas en la provincia de Buenos Aires y a la que el Gobierno le rescindió el contrato. Consiguió una sentencia favorable, pero el Estado no pagó. "Ese tema es central para Estados Unidos", insistieron fuentes argentinas.
El Gobierno apuesta a una revisión del fallo en los tribunales nacionales, algo que las firmas norteamericanas rechazan. Además de Azurix, la otra compañía que obtuvo una sentencia favorable en el Ciadi es Blueridge. "Es un mecanismo perverso", opinó un funcionario sobre los fallos del tribunal internacional. Pero aclaró que la intención no era apartarse, sino dar señales de cumplimiento.
La llegada de la procuradora del Tesoro junto con Cristina buscará contrarrestar críticas de Obama por las sentencias impagas si, como ya dejó trascender la Casa Blanca, surge el tema en la reunión.
El equipo de colaboradores con que la Presidenta llegó ayer está concentrado en ese encuentro, previsto para las 14.15, hora local, (las 10.15 de la Argentina). Otro que se sumó a la delegación fue el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, que defenderá la idea avanzar en el demorado pago al Club de París, reiteradamente anunciado por la Casa Rosada, pero aún irresuelto. Saldar esa deuda abriría nuevos financiamientos y la llegada de inversiones en momentos en que el Gobierno intenta contener el gasto con las últimas medidas anunciadas para desalentar la compra de dólares y la reducción gradual de los millonarios subsidios.
Hasta anoche, el formato para la reunión con Obama no estaba armado como un cara a cara, sino que se imponía un encuentro de trabajo en el que cada presidente estaría acompañado por ocho funcionarios. Pero todo puede cambiar sobre la marcha, en medio de esta cumbre del G-20 que mantiene en vilo a Europa por la crisis de la deuda y en la que la Argentina, junto con Brasil y México, es más bien espectadora del descalabro internacional.
En busca de reanudar una relación siempre tensa con Estados Unidos, que se agravó con el incidente del avión norteamericano detenido en Ezeiza por el canciller Héctor Timerman en febrero, la Presidenta buscará mantener un delicado equilibrio. También habrá pedidos para lograr abrir el mercado norteamericano a productos argentinos que están vedados, en lo que trabajarán la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el secretario de Relaciones Internacionales, Luis María Kreckler.
Entusiasmado por el hecho de que haya sido Obama quien pidió la reunión, el Gobierno se muestra confiado. Ayer la comitiva guardó silencio. Por las estrictas medidas de seguridad que impiden a los medios acceder hasta el hotel Majestic, donde se hospedan la Presidenta y sus colaboradores, todos disfrutaron del día libre sin preguntas.
GREMIOS Y AVIONES
LA REAPARICIÓN DE GERARDO MARTÍNEZ
CANNES.- El líder de la Uocra, Gerardo Martínez, con quien el Gobierno había evitado mostrarse en los últimos tiempos después de que surgieran las denuncias de su responsabilidad en la dictadura militar, apareció ayer con la Presidenta en una reunión que mantuvo Cristina Kirchner con Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional.
CANNES.- El líder de la Uocra, Gerardo Martínez, con quien el Gobierno había evitado mostrarse en los últimos tiempos después de que surgieran las denuncias de su responsabilidad en la dictadura militar, apareció ayer con la Presidenta en una reunión que mantuvo Cristina Kirchner con Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional.
EL TANGO 01 SÓLO LLEGÓ A ESPAÑA
El Tango 01 volvió ayer a quedar en tierra española. La Presidenta llegó aquí en un avión de pocas plazas, privado, con sus secretarios privados, sus asistentes personales y el vocero, Alfredo Scoccimarro. El resto de la comitiva debió llegar en aviones de línea.
El Tango 01 volvió ayer a quedar en tierra española. La Presidenta llegó aquí en un avión de pocas plazas, privado, con sus secretarios privados, sus asistentes personales y el vocero, Alfredo Scoccimarro. El resto de la comitiva debió llegar en aviones de línea.
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