El martes, la candidata presidencial de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, dijo que le parecían injustas las declaraciones del escritor peruano Mario Vargas Llosa a que ella representaba el mal mayor en estas elecciones, ya que una victoria de ella significaría el retorno de la dictadura de los años 90.
“No me conoce. No me ha dado la oportunidad de explicarle cuáles son mis planes, mis principios y mis valores. […] Creo que hay mucho apasionamiento en sus declaraciones”, afirmó ese día.
Y ayer la candidata volvió a referirse a la decisión del Premio Nobel de Literatura de votar por Ollanta Humala (Gana Perú) en la segunda vuelta. “Respeto la opinión del señor Vargas Llosa. Creo que es un gran referente en la literatura, pero no lo es en la política. Me hubiese gustado que él hubiese analizado los planes de gobierno de una manera desapasionada y luego tomar una mejor decisión y no una decisión con el hígado”, declaró ayer durante un recorrido por provincias de La Libertad.
Para Fujimori, Vargas Llosa es sin duda una persona muy querida y reconocida. “Los peruanos admiramos en él el hecho de que haya recibido el Premio Nobel de Literatura. También por las novelas y otros libros que ha escrito, pero en los temas políticos no tiene tanta injerencia”, afirmó al preguntársele sobre la influencia que puede tener su decisión en el electorado.
“Es un peruano más que está lanzando un planteamiento. Pero estoy segura de que las grandes mayorías del pueblo peruano respetarán mi candidatura”, acotó.
“HAY UNA HERIDA ABIERTA”
La lideresa de Fuerza 2011 cree que en la decisión del escritor hay algo de resentimiento porque no pudo derrotar a Alberto Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 1990. “Aún hay una herida abierta que todavía no ha sanado. Espero que con el paso de los años pueda ver la historia y el pasado con más objetividad”, señaló.
La lideresa de Fuerza 2011 cree que en la decisión del escritor hay algo de resentimiento porque no pudo derrotar a Alberto Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 1990. “Aún hay una herida abierta que todavía no ha sanado. Espero que con el paso de los años pueda ver la historia y el pasado con más objetividad”, señaló.
Fujimori reiteró que durante el mandato de su padre hubo problemas como la corrupción, pero aseguró que este flagelo también afectó a otros gobiernos del país en sus distintos niveles: central, regional y local. “Justamente porque a nosotros nos atacó fuertemente, mi compromiso es actuar más proactivamente y ser más severa cuando encontremos a funcionarios que cometen este tipo de delitos”.
Durante un pequeño mitin en Casa Grande aseguró que ella no le debía nada a nadie. Por la noche, a través de su cuenta de Twitter, precisó que se refería a que no tenía ninguna deuda con un país vecino ni que ningún partido extranjero la financiaba.
Fuente El Comercio
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