El invierno tiene en alerta al país no solo por las inundaciones y deslizamientos de tierra que amenazan a poblaciones y carreteras, sino por las enfermedades infecciosas y afecciones respiratorias, gastrointestinales y dermatológicas que se pueden incrementar en esta época, especialmente en las zonas donde las personas habitan en medio del agua y en condiciones de hacinamiento.
El director general de salud de la Cruz Roja, Francisco Moreno, explicó que brotes como la malaria y el dengue, que se transmiten a través de mosquitos, se pueden intensificar en la región de la costa Pacífica, Costa Atlántica y los llanos orientales, que están por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar.
Según Moreno, el riesgo en la región Andina es por el incremento de las enfermedades respiratorias, como las gripas e infecciones más fuertes que pueden afectar los pulmones. A estas se suman los daños gastrointestinales y las enfermedades dermatológicas que aparecen, generalmente, por el consumo de agua y alimentos contaminados.
Aunque hasta el momento no se han evidenciado brotes grandes en los sitios más afectados con el recrudecimiento del invierno, tanto el ministerio de Salud y Protección Social como la Cruz Roja vienen desarrollando campañas para prevenir epidemias que se pueden prevenir por medio de vacunación o con medidas básicas de higiene.
La primera media, según Moreno, es revisar los esquemas de vacunación de los niños que están en los albergues y zonas de riesgo por invierno teniendo en cuenta que enfermedades como el sarampión, la viruela y la tos ferina se pueden convertir en un problema de salud pública, cuando existen vacunas para prevenirlas.
Otras enfermedades como la malaria y el dengue se pueden evitar con medidas sencillas. Por ejemplo, haciendo fumigaciones y utilizando toldillos en las camas para evitar que los mosquitos transmisores piquen a las personas, especialmente a los niños, los más susceptibles a las enfermedades porque están en desarrollo.
Un tema clave para evitar este tipo de brotes e infecciones que afectan el estómago y la piel es el manejo del agua. La recomendación de Moreno es consumir solo agua potable, evitar almacenar el líquido en baldes sin tapas y hervir el que se usa para lavar y cocinar los alimentos.
El agua contaminada también puede afectar la piel si la persona entra en contacto con ella. Por eso, si alguien cae o se sumerge a un charco o depósito de agua en condiciones inadecuadas debe lavarse con abundante agua y jabón para evitar infecciones. También es importante que las personas se protejan con repelentes para evitar que cualquier tipo de mosquito afecte la dermis y no someter el cuerpo a cambios bruscos de temperatura.
Según Moreno, con los habitantes de los albergues se viene trabajando cómo preservar la higiene en estos lugares donde están en condiciones de hacinamiento.Por ejemplo, el manejo adecuado de los excrementos y del lugar apropiado para dejar los alimentos, teniendo en cuenta que se ha encontrado que algunas personas los dejan al alcance de animales domésticos o roedores que pueden ser transmisores de enfermedades.
La campaña que viene realizando la Cruz Roja también está enfocada en dar a conocer a las personas ubicadas en albergues y zonas inundadas cómo se producen las enfermedades más comunes y cuáles son los síntomas, para que acudan a los centros de salud a tiempo y se eviten epidemias que agraven la tragedia que ya vive el país.
Fuente El Colombiano
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