La construcción de un sitio para que científicos puedan adelantar pruebas y enseñar productos en la vida real antes que sean puestos al mercado, es la propuesta de la compañía estadounidense Pegasus y que planea inaugurar en el 2014.
Una pequeña urbe, de seis cuadras, con edificios, autopistas, casas independientes y conjuntos, un parque, un centro comercial, negocios y hasta gasolineras, tendrá el lugar donde se podrán experimentar cómo una nueva tecnología o sistema impacta al ecosistema.
Robert Brumley, representante de Pegasus en Washington, explico al diario colombiano El Tiempo que el concepto surgió al darse cuenta lo difícil que es para pequeñas empresas tener acceso a las áreas de experimentación o laboratorios que maneja el gobierno de los EEUU.
"Había que desarrollar un espacio para que los resultados de los laboratorios pudiesen combinarse y trabajar en conjunto con inventores y empresario", señaló en una entrevista al periódico. "Vimos que había una oportunidad no sólo de crear un espacio en el campo de la energía, sino un ecosistema completo: comunicaciones, transporte y demás", añadió.
El pueblo será una réplica de una ciudad con todo lo bueno y lo malo para que científicos puedan estudiar el efecto cadena antes de sacar inventos al mercado, señala Brumley.
El proyecto será financiado de forma privada, pero sus usuarios podrán ser públicos. El costo inicial de The Center supera los US$250 millones, y se comenzará a construcción en junio del 2012. Sobre la selección del territorio para su edificación, se prevé que sea ubicada en Nuevo México.
El pueblo será una réplica de una ciudad con todo lo bueno y lo malo para que científicos puedan estudiar el efecto cadena antes de sacar inventos al mercado, señala Brumley.
El proyecto será financiado de forma privada, pero sus usuarios podrán ser públicos. El costo inicial de The Center supera los US$250 millones, y se comenzará a construcción en junio del 2012. Sobre la selección del territorio para su edificación, se prevé que sea ubicada en Nuevo México.
Fuente La República
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