Repercusión. Ahora Rusia es la única nación que tiene un transbordador en el espacio. Ahora EEUU pagará a Rusia un promedio de 63 millones de dólares por cada astronauta que ponga en órbita. ¿Quién ganó finalmente la carrera espacial?
Agencias y web.
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El Atlantis aterrizó el último jueves en el Centro Espacial Kennedy de Florida, y así puso fin a una odisea de 30 años del programa de transbordadores estadounidenses de la Nasa.
Quién iba a pensar que la potencia de América dejaría de recorrer el cosmos hasta nuevo aviso. Pues, tras el regreso a tierra del Atlantis, se decidió empezar otra etapa denominada la Era Soyuz, en la que Rusia es la nación más beneficiada.
Y es que por primera vez en sus 53 años de su historia en el espacio, Estados Unidos dependerá exclusivamente de Rusia, su viejo rival de la Guerra Fría.
Se estima que le pagará un promedio de 63 millones de dólares por cada astronauta que ponga en órbita. El cohete ruso Soyuz y su cápsula para transportar tripulantes han cambiado poco desde que el ruso Yuri Gagarin fue el primer hombre en viajar al espacio en 1961, y es menos espectacular que el Atlantis, según afirman expertos.
“Desde hoy empieza la Era del Soyuz en los vuelos espaciales tripulados, la era de la fiabilidad”, dijo la agencia espacial rusa Roskosmos.
Ante esta nueva situación, desde Washington, el administrador de la Nasa y ex piloto del transbordador espacial Charles Bolden solo intentó combatir el pesimismo general de lo que sucederá en el futuro. “Hemos pasado la página de una era memorable y empezaos el siguiente capítulo en la extraodinaria historia de las exploraciones de nuestra nación. Hoy reiteramos nuestro compromiso para seguir adelante con las misiones espaciales tripuladas y dar los pasos necesarios y difíciles para asegurar el liderazgo americano en los años venideros”, aseveró.
Aunque Roskosmos expresó su admiración por el programa de transbordadores: “La humanidad reconoce el papel de las naves espaciales estadounidenses en la exploración del cosmos”. No pudo evitar aprovechar la oportunidad para ensalzar las virtudes de su ahora nave insignia: Soyuz. No obstante, ahí no quedarían los cuestionamientos y efectos que generó el aterrizaje del transbordador Atlantis.
Critican dependencia a Soyuz
Los reconocidos astronautas estadounidenses, como Neil Armstrong y James Lowell, han acusado a Bolden y al propio Obama de jugar a la ‘ruleta rusa’, no solo por la dependencia del Soyuz, sino por su confianza prematura en el sector privado, que aún tardará varios años en tener a punto la tecnología para mandar naves tripuladas al espacio.
Y es que la Nasa tiene hasta hoy dos contratos con dos empresas privadas (Orbital Sciencies y Space X) para enviar inicialmente 20 vuelos de carga a la Estación Espacial Internacional hasta el 2015.
Además se tiene información sobre otras compañías que han logrado también contratos privados para impulsar los vuelos orbitales tripulados, pero el lapso mínimo vuelve a ser de aquí a cuatro años más.
Diez mil despedidos en la Nasa
Para el administrador de la Nasa, la suspensión del programa del transbordador espacial, que ha costado 196.000 millones a lo largo de 40 años, dejará antes de fin de año en la calle a 10.000 trabajadores. Los nuevos ajustes amenazan con dejar la Nasa diezmada y provocar una nueva salida de expertos hacia las compañías privadas, que en última instancia dependen de los contratos multimillonarios con la agencia espacial para resurgir.
De esta forma, parece ser que Estados Unidos fue el gran perdedor de la carrera espacial que empezó con Rusia en el año 1957.
Enviarán nave a Mercurio en el 2019
El portavoz de la industria aeronáutica y cósmica de Rusia anunció que su país enviará en el 2019 una nave de investigación interplanetaria a Mercurio, el planeta que está más cerca del sol. La nave será propulsada por el cohete portador Soyuz.
“El objetivo de la misión Merkuri-P es el estudio de la superficie mercurial y del impacto de la radiación solar sobre los procesos en marcha en ese planeta”, añadió. Esta expedición continuará el trabajo de la nave Fobos-Grunt, que volará en noviembre a Marte para instalar una estación automática en un satélite del planeta rojo.
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